En el tercer día de la serie de charlas “Promoviendo una cultura de Vida, más allá de la SCJN. Desafíos ante el aborto en México”, expertos analizaron las causas de los embarazos no deseados.
Actualmente México ocupa el primer lugar en embarazos de adolescentes y de acuerdo a estimaciones del Ejecutivo, entre 2020 y 2021 el número total de embarazos adolescentes sumarán los 191 mil 948, cerca de 22 mil más de los esperados lo que representa un aumento del 12% con respecto a 2019.
Así lo dio a conocer la Dra. Victoria Fernández Molina, actualmente profesora de tiempo completo de la Facultad de Derecho en la UPAEP y Asesora Jurídica de la FAO durante su intervención en la charla “Embarazos no deseados, causas y propuestas para un Cambio Social real” que formó parte del programa del conversatorio “Promoviendo una cultura de Vida, más allá de la SCJN. Desafíos ante el aborto en México”.
Agregó que en México, las mujeres que han estado en la cárcel por abortar previamente evidencian que los factores más comunes son: pobreza, violencia económica, física, sexual, la ausencia o desaparición de su pareja así como la inseguridad por denunciar una violación ya que ésta no es apoyada ni por la sociedad ni por su familia.
Ante este hecho, invitó a reflexionar si realmente el Estado les ha provisto de todo lo necesario para que en vez de discutir si se penaliza o no el aborto, se replantee la problemática a si se desea seguir con el embarazo.
“México es el primer lugar de embarazos de adolescentes, pero qué parte de responsabilidad tenemos, qué tipo de familias estamos general, cuál es la responsabilidad del varón”, increpó la Dra. Victoria Fernández.
Continuó con aclarar que no todas las mujeres son iguales por el contexto social, económico, educativo e incluso sentimental que cada una experimenta, toda vez que existe quienes son violentadas o incluso abandonadas por su pareja dejándoles toda la responsabilidad a ellas, o quiénes al quedar embarazadas no reciben el apoyo ni de sus familias, lo que las orilla a tomar la decisión de abortar.
Aunado a ello, mencionó otras causas como largas jornadas de trabajo, la inestabilidad que generan los trabajos informales, despidos por embarazo, feminización de la pobreza (los hogares con mujeres en la cabeza de familia son más pobres) y por último la brecha salarial.
En este sentido, indicó el Estado debe trabajar en la generación de políticas públicas y dejar a un lado la polarización de a quién se debe proteger, si al embrión o a la mujer, sino más bien enfocarse a proteger a la mujer y su maternidad.
“¿Por qué no empezamos a hablar de responsabilidad de hombres, familia, sociedad, políticas públicas para realmente dar un soporte a las mujeres?”, cuestionó la experta en Bioética, Biojurídica y en Derechos Humanos.
Por su parte, el Dr. José Manuel Madrazo Cabo, Decano de Ciencias Médicas en la UPAEP, vocal en la Junta de Gobierno en los Servicios de Salud del estado de Puebla, Jefe de la División de Ginecología y Obstetricia del Hospital Ángeles Puebla y Director del Centro de Bioética en UPAEP, inició su intervención poniendo en contexto sobre la situación familiar que viven los hogares a nivel mundial y en México.
En primer lugar, cada vez menos mujeres tienen hijos, en materia de matrimonio y divorcio, por cada 100 matrimonios hay 31 divorcios, además de la incorporación de la mujer al mercado laboral, lo que produce en el vínculo familiar interno un impacto negativo pues ambos padres trabajan.
Por otra parte, añadió como factor el inicio de la actividad sexual en adolescentes en América Latina, las cifras indican que 50% de los adolescentes menores de 17 años son sexualmente activos. Conjuntamente a esto, se pueden dar casos de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y las cifras que nos presenta son, 1 de cada 3 personas sexualmente activas presentarán algún tipo de ETS antes de los 24 años, lo que conlleva a consecuencias negativas para la salud de la mujer.
Entre 2015 y 2019 se dieron alrededor de 121 millones de embarazos no planeados, de este número el 61% concluyó con el aborto, es decir 73 millones de abortos al año, en tanto que las cifras de aborto rondaban en los miles, sin embargo, presentó cifras del INEGI, donde debido al aborto clandestino se registraban alrededor de 27 muertes antes de ser legalizado en la Ciudad de México; no obstante, aclaró que si bien el número no se redujo a cero, la tasa de muertes por aborto clandestino sí disminuyó y enfatizó que no es el número escandaloso de miles que se nos presenta.
Asimismo, hizo un comparativo de riegos relativos de las mujeres que fueron sometidas a un proceso de aborto y de las que llegaron al parto y concluye que las mujeres que abortaron son más susceptibles al homicidio, suicidio, accidentes, drogas y violencia.
Coincidió en lo que mencionó la Dra. Victoria, respecto a que los estados más pobres tienen mayor tasa de mortalidad materna, esto quiere decir que la pobreza es el factor más importante en relación a todas las causas de muerte materna, aunque algunos factores que presenta –citados de Melisa Institute– son la escolaridad, la atención de obstétrica de emergencia, fecundidad postergación de la maternidad, atención del parto por un profesional, no tener acceso a agua potable, violencia contra la mujer etc.
Finalmente, las propuestas del Dr. Madrazo en lo general son, educación de calidad, formación en valores –no solo métodos anticonceptivos–, erradicación de la pobreza, infraestructura en salud de calidad, impartición de justicia, reconstrucción del tejido social, apoyo a las familias. Y sus propuestas en lo particular a la mujer embarazada en situación de vulnerabilidad son, sistema de salud óptimo, red de apoyo integral, impartición de justicia, rehabilitación psicológica, rehabilitación médica, re-integración a la sociedad y re-construcción familiar.